Parece que no nos cansamos del desfile de casos de corrupción que azota a España desde hace algunos años. Nos escandalizamos en el momento de la exclusiva, criticamos a unos y a otros, pero el resultado siempre es el mismo: acaban siendo "un caso más" de tantos relegados al olvido. Ahora, ¿imagina una obra en la que los protagonistas de estas tramas se materializan sobre el escenario y te muestran una cara, hasta ahora oculta, de la corrupción? Este es el quid de Malas Hierbas, la nueva apuesta del Teatro Lara que estará en la Sala Lola Membrives hasta el 29 de abril.
Carlos Be es el responsable de la existencia de esta pieza que promete ochenta minutos de intriga y comedia, protagonizada por un elenco de categoría y por el toque personal y ácido que caracteriza al dramaturgo a lo largo de su trayectoria. Nosotros ya hemos disfrutado de esta lustrosa obra y hoy queremos acercaros más a ella a través de la voz de su alma mater.
Malas hierbas retrata un tema que parece no dejar de estar de actualidad: la corrupción. ¿Cómo ha sido sumergirse en ese mundo de ambición para sacar la obra adelante?
Está a la orden del día, no he tenido que sumergirme demasiados metros. Lo que sí cuesta es no quedarse sin aire ante tanto desatino. Uno de los éxitos de esta función radica en conseguir que esos personajes planos de las noticias adquieran tres dimensiones, sean cercanos, rían pero también lloren. Solo entonces son capaces de hablarle de tú a tú al espectador y decirle: “¿Estás seguro de que estaba tan alejado de ti? Me gustaría saber qué harías tú en mi lugar...” y no se calla, no, sigue hablando y dice: “Ojo, que corruptos podemos serlo todos”.
El protagonista es un estafador de manual y comparte su vida con dos mujeres, su mujer y su amante. Ellas representan otra cara de la corrupción, miran hacia otro lado mientras viven rodeadas de lujos. ¿Cómo ha sido la construcción de estos caricaturescos personajes?
Había tanto material donde escoger, pero me ceñí a una de las noticias más recientes, la Operación Atino, un caso real del año pasado que concluyó con diecinueve arrestados; todos ellos abogados, notarios, gestores inmobiliarios y funcionarios que, entre otros méritos, se dedicaban a vender propiedades de fallecidos. ¡De repente, se descubrió que los muertos estaban vendiendo sus casas después de morir! ¿Existe algo más absurdo y caricaturesco que la vida real? No hay más que permanecer atento a la realidad. En “Malas hierbas” también homenajeamos a Alberto Ruiz-Gallardón, Ignacio González, Jaime Mayor Oreja y los asesinados Luis Carrero Blanco y Miguel Blesa. Como dice el personaje de Carmen: “En España si tienes la oportunidad, ¡robas! ¡Robar es un mérito en España!”.
Ambas protagonistas vienen de mundos distintos, pero al final demuestran moverse por los mismos intereses. ¿El objetivo de la obra es reflejar que al final a todos los mueven las mismas cosas?
En esta sociedad nuestra tan misógina, los medios de las mujeres para alcanzar sus fines son distintos a los de los hombres; pero sí, los fines son comunes.
No hay duda de que el elenco es brillante y acertado. ¿Por qué ellos?
Nos lo pasamos tan bien en los ensayos que eso se transmite en escena, ¿verdad? Existe una conexión entre ellos que es una maravilla, creo que se ha creado una conjunción única y singular. Si te digo la verdad, me embarcaría con ellos tres en cualquier proyecto ahora mismo. Si fueran dos serían el tándem perfecto, pero porque son tres tengo que decir que son una carambola genial. Joan Bentallé, Carmen Mayordomo y Lidia Navarro son tres profesionales con muchísimas tablas, además de poseer un talento encomiable y una pasión insólita para los proyectos que emprenden, y eso no tiene precio.
La escenografía, cuidada al detalle, recrea el ambiente íntimo del hogar. ¿Cómo es trabajar en la Sala Lola Membrives?
¡Otra carambola genial! Asier, Chus y Lupe, cada uno con su sello particular, han sabido aunarlos y sumarlos entre sí. El resultado tiene un empaque que salta a la vista. Asier me entendió a la perfección cuando le pedí una escenografía actual pero atemporal al mismo tiempo... ¡Vamos, que se lo puse fácil! Con Chus llevamos ya unos cuantos montajes juntos y coincidimos mucho a la hora de definir desde las atmósferas más concretas a las más poéticas, que también las hay en “Malas hierbas”. Y Lupe le pone tanto energía a su trabajo que luego se transmite en el escenario, ¡y con qué estilo!
La obra está inspirada en el texto La muralla de Calvo Sotelo. ¿Cómo es el proceso desde que surge la idea hasta que se representa por primera vez en un escenario?
Intuyo yo que Antonio Fuentes, el director del Lara, tiene un gran olfato para el talento. Ya llevaba tiempo él viendo lo que yo iba presentando desde mi llegada a Madrid por allá el 2011, pero no fue hasta mi primera aproximación a la comedia en un ETC de la Cuarta Pared que se daría la coyuntura. Fue entonces cuando junto a Violeta Ferrer me habló de su interés en “La muralla”, en la posibilidad de adaptarla. Eso sí, omite la publicidad franquista, actualízala 64 años, dale la clave de comedia y reduce a un tercio o más los dramatis personae. Vamos, creo que el resultado no se parece en nada a “La muralla” pero Enric Archivell, un bloguero teatral que me aprecia mucho, dice que me ha quedado, y cito literalmente, “bastante fiel a lo esencial, la denuncia de la hipocresía” y de paso, sigo citándole, “con una chaladuría cercana a la de Jardiel Poncela o Miguel Mihura”, lo cual me honra. ¡Muchas gracias, querido Enric!
La muralla es un reflejo y crítica de la sociedad de entonces. Malas hierbas también parece serlo. Pase el tiempo que pase, parece que seguimos rigiéndonos por los mismos mecanismos. ¿La codicia, la corrupción, la ambición, etc., están en todos nosotros?
Dejémoslo en hipocresía, si te parece. Ahí cabe tanto...
Tiene una intensa trayectoria en el teatro y siempre ha destacado por tratar temas importantes a través de una dramaturgia ácida, invitando al público a la reflexión. ¿Cree en el teatro como herramienta de concienciación social?
Vamos por la octava pregunta y ahora me entero de que me hablas de usted. ¡Ya te vale! El teatro puede ser muchas cosas, pero para algunos, para los que más nos importa, es una parte del alma. Y las almas no pueden evitar amarse y compartir. Y por amor, qué es lo que no se hace. ¿Concienciación social? Sí, también.
El 5 de diciembre se estrenó en cines Llueven vacas. Cuéntanos cómo fue la experiencia de ver tu obra en la gran pantalla.
Un milagro y una satisfacción, al mismo tiempo. Tanto esfuerzo y talento tenía que mostrarse y al fin logró proyectarse en diciembre. Llueven vacas es una historia con tanto que contar. Y digo milagro porque la producción fue ardua, y qué película no debe serlo, ¿verdad?; y digo satisfacción porque esas almas que decía antes, al amarse y compartir un poquito unas con otras, generan un sentimiento que reúne y aproxima, y eso lo tiene el cine y lo tiene el teatro y lo tiene el arte en general.
Sabemos que Malas hierbas seguirá en el Lara hasta abril, por lo menos. ¿Tienes nuevas ideas en mente?
Sí. Y la siguiente respuesta es: “No”. ¡Lo siento! ¡Y muchas gracias!