Días de vino y rosas es una adaptación teatral basada en la película Days of Wine and Roses (1962), dirigida por Blake Edwards y con guion de J. P. Miller. La obra, dirigida por José Luis Saíz e interpretada por Cristina Charro y Federico Aguado, nos cuenta una historia de amor que desemboca en una turbia relación de toxicidad y adicciones.
Luis y Sandra se encontrarán en un aeropuerto español camino de Nueva York, cada uno con una ilusión y un prometedor futuro. Lo que ellos desconocen es que ese primer encuentro casual es el comienzo de su historia de amor. Ya en la gran ciudad, la adicción al alcohol comienza a dominar sus vidas y sus caminos vitales se tornan oscuros.
En palabras del propio director: "¿Qué hace que nos volvamos adictos a algo? ¿Qué hace que nos enganchemos a la bebida, el tabaco, el amor o el dolor? ¿Y en qué momento algo que un día nos produjo placer se convierte en nuestro infierno personal y nos posee hasta destruirnos?”
La obra tiene una duración de una hora y cuarto.
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