Cargando...
Madrid es una ciudad de contrastes, de infinitas opciones, de oportunidades y trabas. Uno de los centros neurálgicos de la escena musical del país, donde cada semana se programan decenas de conciertos aptos para todos los gustos y públicos. Rock, pop, indie, electrónica, flamenco, músicas del mundo, metal, hip hop, y todos los géneros imaginables resultantes de fusionar los ya conocidos. Madrid es la ciudad de la vida nocturna y la actividad. Con la aparición del rock en los años 50 llegaría la difusión de la música popular, y con ella las ganas de bailar, revelarse, y poder vivirla en directo. Aunque en un primer momento fue recibida negativamente por los grandes medios de comunicación de España, que la tachaban como una invasión cultural importada del extranjero, pronto la sociedad se rindió a la música popular urbana y sus ritmos frenéticos. Y, poco a poco, nuestro país se fue abriendo a sonidos nuevos y rompedores.
Llegarían los conciertos. Ese lugar donde los grupos, muchos desconocidos, locales, tenían la posibilidad de presentarse ante un público ávido de nuevas experiencias. Todo esto, sin embargo, estuvo encuadrado en un contexto franquista, lo que dificultó la recepción y difusión tanto del género como de la cultura de los conciertos en directo. Durante sólo un año, en 1962, se organizaron las famosas “matinales del Prince”, donde los jóvenes podían acudir por muy poco dinero a ver a estos grupos principiantes. Sin embargo, tan sólo un año después la prensa ultraconservadora puso en marcha una campaña difamatoria que acabaría con estas fiestas diurnas.
Sin embargo, estos empeños censores no evitaron que poco a poco comenzara a desarrollarse un incipiente mapa musical con nombres como Karina, Rosalía, Ana Belén, Marisol, Mochi o Raphael a la cabeza. La escena yeyé vivió en los 60 sus años dorados.
Aunque con cierto recelo, el panorama cultural no pudo evitar recibir la influencia de lo que estaba pasando en el extranjero: el boom de los conjuntos musicales, las grandes bandas de rock y, sobre todo, la British Invasion. Una explosión de pop y rock que llegó primero a nuestros oídos y después a nuestros escenarios. El Rock Británico, capitaneado por The Beatles, tuvo su reflejo en Madrid con grupos como Los Brincos, Los Sirex, Los Salvajes, Los Pekes...
Pero, sin duda, uno de los momentos que más han marcado el devenir de la historia musical de Madrid, sobre todo si del directo hablamos, es la movida madrileña. Después de un largo periodo de censura y represión provocado por la dictadura franquista, la ciudad encontró, por fin, la posibilidad de abrirse completamente sin ningún tipo de recato o prejuicio.
Todo comenzaría un 9 de febrero de 1980, cuando la sociedad musical del momento se reunió en un concierto homenaje a Canito, famoso batería de Los Secretos que había fallecido esa nochevieja en un accidente de tráfico. Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides, Tos y el propio grupo que quedó huérfano organizaron una velada que marcaría un antes y un después en la noche madrileña. Todo sucedió en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica, donde se reunieron 1000 personas. Mil personas que verían nacer un movimiento, un modo de vida: la Nueva Ola Madrileña. Además de los ya mencionados, actuarían Paraíso, Mermelada, Mamá, Trastos, Mario Tenia y Los Solitarios.
Todo esto, inspirado por el incipiente punk inglés y americano, hizo de la música en directo toda una bandera. Y los conciertos se multiplicaron. La juventud salió a la calle y tomó la noche y la libertad de expresión. A esta época se remontan muchos de los bares que hoy en día son todo un símbolo de la noche y de la música, desde la Sala Sol hasta el Rock-ola, pasando por la Vía Láctea, El Pentagrama, Marquee, El Jardín o la Sala Carolina.
Y es que a partir de este momento los grupos se multiplicaron. Se convirtieron en la nueva vía de expresión para una juventud que había nacido en opresión y que jamás había podido gritar todo lo que sentía. Aunque convivieron en el tiempo con una ola más rockera abanderada por Burning, Leño, o Asfalto, esta corriente cultivaría una mezcla de glam, punk y technopop de auténtica inspiración inglesa. KaKa de luce, Ejecutivos Agresivos, Siniestro Total , Loquillo, Mecano, La Unión Espasmódicos...son sólo algunos de los cientos de gurpos que surgieron a lo largo de toda España, al calor del movimiento madrileño que motivó el desarrollo de géneros hasta el momento inimaginados en nuestro país. Apareció el post punk, el Deathrock, la música Gótica, el New Wave, el glam y por supuesto una evolución de la música electrónica que hoy en día aparece como indispensable.
Tan sólo un año después de lo que hoy marcamos como el pistoletazo de salida de este movimiento, tendría lugar uno de los momentos cumbre, en mayo de 1981, cuando se organizó “El concierto de Primavera”. Fue un primer gran festival organizado por alumnos universitarios, donde consiguieron reunir a más de 15000 asistentes para disfrutar de ocho horas de música. Farenhet 451, Alaska, Flash Strato, Tótem, Los Modelos, Los Secretos, Nacha Pop, Mamá y Rubi y los Casinos se subieron al escenario.
Muchas de estas salas de conciertos que vivieron un momento histórico hoy continúan abiertas, bien como discotecas bien como locales que continúan funcionando con su motivación original.
Actualmente, el panorama musical de Madrid se debate entre ser prometedor y una profunda desolación. Siendo una de las escenas nacionales más importantes, caracterizadas desde siempre por el apoyo a los grupos emergentes y por ofrecer posibilidades reales a todos aquellos géneros que lo deseen, las salas se encuentran ante una situación más que complicada. Y es que desde que en el año 2012 se aprobase en Madrid la regulación de la ZPAE, la zona centro de la ciudad se encuentra de manos cruzadas con respecto a las salas de conciertos. Esta normativa prohíbe la concesión de nuevas licencias para música en directo: sólo se pueden mantener los locales existentes o bien traspasarlos.
Esto conlleva a, que cuando una sala, por las circunstancias que sea (problemas económicos, vecinales, malos baches...), se ve acorralada y obligada al cierre, perdiéndose así una sala de conciertos en la zona centro que no se va a recuperar. Cada vez, hay menos opciones para la música. Menos opciones para que esos pequeños grupos que buscan un altavoz a su trabajo puedan tocar en directo. Mientras los grandes recintos continúan abiertos y dispuestos a que las estrellas internacionales llenen estadios.
Desde el año 2012 no se ha abierto ni nua sala de conciertos en el centro de Madrid. Por contraposición: sí, muchas han sido cerradas. Nos acercamos, cada vez más y en silencio, a la fría realidad londinense, que aprobó una legislación similar hace años y durante los últimos tiempos ha visto cerrar el 50% de las salas de música en directo y el 40 % de los clubes nocturnos. La Sala Arena, el Café Berlín o el We Rock ya han tenido que cerrar sus puertas.
SALA SOL
Se encuentra en la calle jardines, muy cerca de Gran Vía y de Callao, y es todo un símbolo de Madrid y de su música. Inaugurada en 1979 (icónico año tanto para la ciudad como para la música, estallido del punk londinense y de la irreverencia en los escenarios), se ha convertido en parte de la historia y un referente actual sobre cómo actividad diaria. Tardó muy poco en convertirse en uno de los faros culturales de la fjuventud del momento, llegando mucho más allá de la música. Cine y literatura aunaron sus fuerzas para unirlas a la música.
El escenario de la Sala El Sol es todo un rito de iniciación. Desde él han saltado a la fama nombres como Alaska y los Pegamoides, La Unión, Nacha Pop o Radio , creando escuela para una infinitud de bandas. Si triunfas sobre sus tablas, puedes hacerlo en cualquier sitio, y es todo un trampolín para los grupos revelación de la temporada.
Más de 35 años y 6000 conciertos programados. La historia de la Sala Sol continúa.
SALA MOBY DICK
Situada en Avenida de Brasil, la Sala Moby Dick también nació a la luz de la movida madrileña. Llevan 25 años tratando de ofrecer una escena alternativa en Madrid, tratando de encontrar el equilibrio entre los nuevos talentos y las corrientes de moda que permitan la subsistencia de la sala. El indie pop y el indie rock son sus fuertes, ahondando en sus extremos más experimentales y personales para dar voz a los jóvenes que todavía tienen mucho que decir.
PALACIO DE LOS DEPORTES
El Palacio de los deportes de Madrid es, sin duda, la opción más multitudinaria para ver conciertos en la capital. Si alguna gran estrella internacional incluye Madrid en su gira, es casi seguro que termine actuando aquí. Conocido temporalmente como Wizink Center por motivos de patrocinio, es un gran pabellón de deportes que puede acoger hasta 17.453 personas en conciertos de formato 360 º. El estadio está diseñado para acoger también grandes eventos deportivos, como atletismo, balonmano, y sobre todo baloncesto, ya que los equipos Real Madrid y Baloncesto Estudiantes disputan aquí sus encuentros locales. El Palacio de los deportes nació en 1960, como un edificio circular de 115 metros de diámetro que tenía un aforo de 16000 espectadores. Fue proyectado exclusivamente para deportes, acogiendo grandes eventos de ciclismo, baloncesto, hockey, atletismo y boxeo, además de hípica, patina, hockey y hasta trial.
El gran edificiofrió un incendio en el 2001 que prácticamente lo dejó en estado de ruina. Pronto, se proyectó un nuevo edificio que vería la luz en 2005 como el actual palacio de los deportes.
SALA SIROCO
Situada en un entorno privilegiado de la vida cultural de Madrid, en plena Malasaña, se encuentra la Sala Siroco. Ecléctica y atrevida, programa en sus dos ambientes a grupos alternativos y nuevas formaciones con propuestas originales y diferentes. LA actual Sala Siroco vio la luz en 1989, y lleva desde entonces en activo ininterrumpidamente. El espacio de la sala baja es el Siroco Club, con un sistema de sonido integrado diseñado especialmente para la sala, una de las características responsables del éxito de este espacio. Por su escenario pasan grupos de rock, pop, indie y electrónica, siempre buscando la calidad y originalidad en los grupos. En la planta superior, a pie de calle, se encuentra Siroco Lounge, una opción más íntima y cercana donde los artistas ofrecen showcases, conciertos acústicos o sesiones de electrónica en directo, además de presentaciones de libros y programas de radio.
Más de 300 grupos y 300 Djs pasan por su escenario cada año, convirtiendo a la Sala Siroco en una opción perfecta de ocio en pleno centro.
SALA LA RIVIERA
Situada en la orilla del Río Manzanares se encuentra La Riviera, otra de las salas de conciertos clásicas madrileña. Con una extensión de 15000 metros cuadrados, se convierte en una de las opciones más amplias para disfrutar de un buen concierto en directo. Su gran espacio y escenario la convierten en un local versátil que programa desde rock intenracional a grandes nombres del pop español, pasando por metal, punk o indie. Y, por supuesto, música electrónica, ya que sus noches de fiesta son un básico de La Riviera. Adornado con palmeras, cuenta con hasta 7 barras distribuidas por toda la sala, que goza de distintos ambientes. Se puede acceder a través del metro (paradas de Príncipe Pío y Puerta del Ángel) y de autobús (paradas 25, 31, 33, 36, 39, 65, 138, 500, Z2, N19 y N18 ).
SALA BUT (SALA OCHOYMEDIO)
En pleno centro de Madrid, en la calle Barceló, se encuentra una sala tan ecléctica como querida por el público juvenil de la ciudad. Y es que la Sala But se convierte por las noches en la Sala Ochoymedio, abarcando así un amplio abanico de estilos que cumple con las expectativas de muy diversos melómanos. En horario de tarde o de noche, la Sala But se erige como una gran opción en plena zona de Tribunal para disfrutar de l amejor música en directo. Pop, rock o indie encuentran en su escenario un hábitat reconocido donde pregonar su mensaje. De madrugada, la sala cambia para convertirse en el Ochoymedio, un reconocido club de indie que hace las veces de discoteca, donde grandes Djs y figuras públicas pinchan música de moda o alternativa.
SALA JOY ESLAVA
Antes teatro, ahora, una de las salas de concierto más míticas no sólo de Madrid, sino de todo el país. Con 365 días de música en directo al año, tiene espacio tanto para eventos públicos como para fiestas privadas, conciertos, recitales, fiestas y mucho más. Este precioso teatro de la calle arenal ha pasado de programar en su día autores como Gala, Lorca, o Valle Inclán a ser un símbolo de la música contemporánea de calidad, incidiendo en el pop o la música indie. La construcción del edificio original fue promovida por Bonifacio Eslava, sobrino del músico Hilarión Eslava. Estaba formado por un pequeño salón (de nombre Eslava), con capacidad para mil espectadores. Durante muchos años funcionó como un popular teatro de la ciudad.
No sería hasta el 24 de febrero de 1981, en plena explosión de la escena musical de la ciudad (y al día siguiente al Golpe de Estado ), cuando el empresario Pedro Trapote inauguró la sala como nueva discoteca de la capital. Se convirtió así rápidamente en un lugar frecuentado por los jóvenes abanderados de la Movida Madrileña. Desde entonces, artistas como Roger Moore, Pedro Almodóvar, Stevie Wonder o Julio Iglesias, entre muchísimos otros, han pasado por su precioso escenario.
Elige entre más de 2,500 tickets diarios de teatro, conciertos, deporte, museos y mucho más
Comparamos los precios de los mejores canales de venta para que encuentres el más barato
¡Taquilla.com es un servicio gratuito! Te redirigimos a la página de venta directa sin ningún coste