Un artista versátil. Un cantautor que lleva consigo todas las señas que caracterizan y reflejan la idiosincrasia del guatemalteco. Un tipo querido por todos que se ha convertido en uno de los grandes artistas Latinoamericanos. Su duro trabajo ha sido el que le ha llevado donde está.
Ricardo Arjona, quien a los 8 años ya era capaz de tocar casi a la perfección la guitarra, ha tenido siempre claro (a pesar de los baches) a qué se quería dedicar. A pesar de haber pasado por profesiones de todo tipo, su destino siempre le conducía al mismo lugar: la música.
Sus discos SOS rescátame, Jesús: Verbo no sustantivo y el inolvidable Animal Nocturno fueron el impulso que le faltaba para dar su ansiado salto a la fama. Sus cifras de venta cada vez alcanzaban números mayores y su popularidad lo hacía con ellas. Canciones como La mujer que no soñé, Solo una mujer, Libre, Baila conmigo y Mujeres hacen que el cantante vaya a ser recordado, y que pase a la historia como todo un referente en el mundo de la música.
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