Edith Piaf, también conocida como La Môme Piaf, es una de las cantantes francesas más célebres de toda la historia de la música. Con grandes éxitos como La vie en Rose o Non je ne regrette rien ha pasado de generación en generación por todos aquellos amantes de las voces cargadas de personalidad.
Ahora, con motivo del centenario de su nacimiento se ha creado Edith Piaf: The Show, un espectáculo que realiza un recorrido a lo largo de toda la increíble vida personal y profesional de la artista. De la mano de Anne Carrere nos adentraremos en un show audivisual en el que se irán proyectando diferentes imágenes y fotografías de La Môme Piaf.
Toda una experiencia audivisual que vivirás a ritmo de aquellas canciones que tanto marcaron la época de La vie en Rose.
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{{#date_ses}} {{#is_unique_provider}}Edith Piaf fue la vida tumultuosa más bella jamás cantada. Y es que su historia fue un remolino de canciones, tristezas, éxito, y el sufrimiento de quién vio todo torcerse cada vez que surgía la esperanza. Hoy, sus canciones forman parte del imaginario colectivo, y el vibrato de su ...
Edith Piaf fue la vida tumultuosa más bella jamás cantada. Y es que su historia fue un remolino de canciones, tristezas, éxito, y el sufrimiento de quién vio todo torcerse cada vez que surgía la esperanza. Hoy, sus canciones forman parte del imaginario colectivo, y el vibrato de su voz jamás podrá ser olvidado. Derrotado y luchador, representa el punto álgido de la canción francesa del siglo XX.
Todos conocemos la tragedia inherente a la vida de Edith Piaf. La que inspiró las canciones más terriblemente emocionantes y tristes de la canción francesa. Pero, ¿qué hay detrás? ¿Cómo fue el pequeño gorrión antes de todo aquello? ¿Consiguió ser feliz alguna vez? Piaf, Voz y Delirio, es un espectáculo que llama la atención por indagar también en los años más felices de la artista, en sus sueños, sus ganas por triunfar, sus alegrías. Porque también fue una estrella risueña antes que el pequeño gorrión triste.
Este musical biográfico lleva ya varias temporadas triunfando en la capital, desde que se estrenase en 2015 para conmemorar los 100 años del nacimiento de Edith Piaf. Y lo hace por varias razones. No sólo por ser un fiel reflejo de la vida de Edith Piaf, si no por lo efectivo de una adaptación dinámica y arrolladora. Mariaca Semprún hace de actriz, cantante y arrolladora protagonista, encarnando una emoción pura e inocente en cada escena. Una actuación que revive a la Piaf más humana. Resuelta y sensible, artística, soñadora y resiliente, festiva, desamparada, pero siempre, siempre fuerte.
«La vie en Rose», «L’accordeoniste», «Non, je ne regrette rien» , y muchísimas otras canciones volverán a cobrar vida en un escenario vestido para la ocasión. Pero no es sólo un concierto dramatizado, es mucho más. Las canciones vuelven con más fuerza que nunca al revivir el contexto, las fiestas, las decisiones, el dolor de una artista de la que todavía no conocemos su vida. Al justificarlo todo.
Acércate al Teatro Cofidís Alcázar y emociónate como nunca con Piaf, Voz y delirio.
Te gustará si:
- Eres amante de la canción francesa como género musical.
- Quieres ver un musical diferente que ahonde en la psicología y emociones de los personajes.
- Te gusta emocionarte cada vez que vas al teatro.
- Eres amante de la música en directo.
Tristeza, canciones y drama: la vida de la dulce Edith Piaf fue un desafío al destino. La música de esta cantante parisina del pasado siglo XX se construye sobre el sufrimiento de quien vio todo torcerse cada vez que surgía la esperanza, y el característico vibrato de su voz y ...
Tristeza, canciones y drama: la vida de la dulce Edith Piaf fue un desafío al destino. La música de esta cantante parisina del pasado siglo XX se construye sobre el sufrimiento de quien vio todo torcerse cada vez que surgía la esperanza, y el característico vibrato de su voz y su actitud derrotada llevan en sus cimientos la pesada huella del dolor y de la muerte.
En 2015 se cumplieron 100 años del nacimiento de este icono de la música francesa, autora de canciones inmortales como «La Vie en rose», «Hymne à l’amour» o el definitivo «Non, je ne regrette rien». De expresión frágil, su voz estremecida y sincera y su rebeldía inquebrantable se han convertido sin duda en el mejor de los legados.
Nacida en París en 1915, Édith Giovanna Gassion cumplía todos los requisitos para llegar a convertirse en reina de la chanson francesa: de padres separados y alcohólicos, tuvo que aprender a ganarse la vida cantando por calles y tugurios siendo todavía una niña. Tuvo dos maridos y varios amantes, entre los que se cuentan el alcohol y la morfina, a los que se vió arrastrada en la oscuridad de la tragedia.
Su gran golpe de suerte fue, sin duda, el empresario Luis Leplée, propietario del Cabaret Gerny’s, que la descubrió con tan solo 20 años y decidió instruirla en la música. Con la debida formación y apoyo económico a sus espaldas, su estrella no tardó en brillar. La llamaron “el pequeño gorrión”.
La suerte nunca consintió demasiado a Edith Giovanna, y las cosas pronto se torcieron. El asesinato de Leplée un par de años después generó el rechazo social hacia la cantante, que ya había conocido el dolor al perder a su hija de tan sólo dos años. Pero el gorrión siempre conseguía reponerse, y su decisiva consagración le llegó después de la Segunda Guerra Mundial. El existencialismo francés la convirtió en musa, y amistades como el letrista Raymond Asso o la actriz Marlene Dietric contribuyeron a hacer de ella toda una leyenda viva.
El gran amor de su vida fue el boxeador Marcel Cerdan, inspirador de las letras más sentimentales y dulces de la cantante francesa. Su muerte en 1949 en un accidente de avión sumió a Edith Piaf en una depresión definitiva, que la haría observar la vida desde la distancia y un auténtico desencanto. A partir de ese momento, continuó cantando, pero con una integridad física cuestionable y la profunda desgracia de quien lo ha perdido todo.
Edith Piaf fue la gran dama de la canción francesa del siglo XX. Su vida no fue ni un camino de rosas ni un manto de color rosa, por mucho que insistiese en cantarlo. Este género, dramático y decadente, se nutría de la tristeza de las calles de París.
Jacques Brel, Charles Aznavour o Serge Gainsbourg también lo cultivaron, pero ninguno ha pasado a la posteridad como un auténtico referente a la mandera de Edith. Con voces desgarradas y versos nacidos de la pobreza o el dolor, la chanson necesita del francés y sus cadencias sonoras. El cabaret, el jazz y la balada se aunaron durante unas pocas décadas para dar a luz a lo que podríamos llamar el género más triste de la historia.
Con motivo de tan destacado aniversario, durante los últimos años se han multiplicado los homenajes a la artista inmortal. Puedes disfrutar de «Piaf, el musical» en el Teatro Fígaro de Madrid durante este mes de junio.