El Museo Sorolla, ubicado en Madrid, es el museo dedicado a la vida y obra del destacado pintor español Joaquín Sorolla, que además se encuentra en la antigua residencia del propio Sorolla, una hermosa mansión del siglo XIX que se ha mantenido fielmente en su estado original, lo que le brinda un ambiente único y auténtico.
El museo alberga una extensa colección de obras de Sorolla a través de varias salas, incluyendo pinturas al óleo, acuarelas, esculturas, dibujos, mobiliario y objetos personales del artista que también proporcionan una visión fascinante de su vida personal. La temática principal de las obras de Sorolla se centra en escenas de la vida cotidiana, retratos y paisajes, pero sus obras son especialmente conocidas por su habilidad en capturar la luz del sol y las vibrantes tonalidades del Mediterráneo, de ahí que muchas de las exposiciones se enfoquen en mostrar esta técnica del pintor.
Así, el Museo Sorolla aspira a promover al máximo el conocimiento y disfrute del legado de Joaquín Sorolla para todo tipo de públicos.
La colección más amplia y representativa del Museo es la de 1294 piezas de pintura del propio Sorolla. Entre ellas destacan obras como "Paseo a la orilla del mar", "Madre", "Jardín de la casa Sorolla" y algunos autorretratos. También se conservan 164 obras de otros pintores; entre ellos, de Aureliano de Beruete, Anders Zorn, o Martín Rico Ortega.
La colección de dibujos de Sorolla es la segunda más importante del Museo. Consta de 4985 obras, muchas de ellas apuntes rápidos del natural, en los que recogía cuanto le llamaba la atención, otros relacionados con muchas de sus obras de pintura, y también numerosos dibujos al carboncillo, como escenas de café realizadas en momentos de ocio o espera. Era una faceta poco conocida del pintor, con temas más familiares y cotidianos.
Entre las colecciones artísticas que enriquecían la casa había una muy representativa de escultura. No es una colección muy abundante aunque ofrece grandes obras de arte principalmente español.
La colección está compuesta por el propio mobiliario que existía y servía de uso en la casa del pintor. La mayor parte de los muebles se conservan en el lugar que tuvieron cuando Sorolla vivía, y algunos aparecen representados en los propios cuadros que realizaba en su casa.
El Museo Sorolla también ofrece colecciones de cerámica, textil y joyería, miscelánea, fotografía antigua e incluso cartas que formaron parte de la vida del pintor.
*Apertura extraordinaria los jueves 3, 10, 17, 24 y 31 de agosto hasta las 22:30
**La última visita debería comenzar 45 minutos antes del cierre.
*** El desalojo comenzará 5 minutos antes del cierre.
Tipo de entrada | Precio |
Entrada individual | 3€ |
Menores de 18 años, estudiantes entre 18 y 25 años, titulares del Carné Joven o equivalente, mayores de 65 años o pensionistas, personas con discapacidad, miembros de familias numerosas, etc | GRATIS |
Entrada de grupo (Mín. 8/máx. 20 personas por grupo) | 1'5€ (por persona) |
El Museo Sorolla se encuentra en Madrid, concretamente en la Calle General Martínez Campos, 3728010. Lo más sencillo acceder en transporte público:
El Museo Sorolla, junto con Los Laberintos del Arte, ofrece un recorrido especial por todas las instalaciones que permitirá descubrir toda la obra del artista en este impresionante espacio que hizo construir.
'Museo Sorolla: arte, vida y coleccionismo' incluye un recorrido tanto por los jardines como por el interior del edificio en el que los visitantes tendrán una tablet que les proporcionará toda la información necesaria, completada con imágenes y textos de la época.
Además, con la entrada se podrá visitar también el propio museo, por lo que se podrán conocer las exposiciones que se encuentren en sala en el momento de la visita.
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{{#events}} {{#is_unique_provider}}El pasado 10 de agosto se cumplieron 100 años de la muerte de Joaquín Sorolla y Bastida, uno de los pintores españoles de mayor renombre. Falleció a los 60 años tras sufrir un accidente cardiovascular en 1920 mientras trabajaba en una de sus obras en el jardín de su casa ...
El pasado 10 de agosto se cumplieron 100 años de la muerte de Joaquín Sorolla y Bastida, uno de los pintores españoles de mayor renombre. Falleció a los 60 años tras sufrir un accidente cardiovascular en 1920 mientras trabajaba en una de sus obras en el jardín de su casa en el barrio madrileño de Chamberí.
Joaquín Sorolla nació en Valencia en el año 1863, y desde una temprana edad, demostró su interés por el dibujo y la pintura. Este interés del joven Joaquín lo llevó a estudiar dibujo en la “Escuela de Artesanos de Valencia”. Allí empezó su producción artística, producción que presentaría a diversos concursos nacionales sin éxito tras acabar su formación académica.
Sin embargo, el valenciano no dejó que esto le afectara en exceso, por lo que siguió estudiando. Fue en 1882 cuando, en el Museo del Prado, estudió la obra de uno de los más grandes artistas españoles: Diego Velázquez.
Esta formación constante lo llevó a ganar premios en aquellos concursos que anteriormente se le habían resistido. El más importante llegó de manos de la Diputación Provincial de Valencia en 1884, pues Sorolla fue becado para viajar a Roma, donde se puso en contacto directo con el arte clásico y renacentista a partes iguales.
«Autorretrato con sombrero» (1912) por Joaquín Sorolla
Cuando volvió de Roma sus viajes continuaron. Esta vez, el destino fue París. Allí conoció de primera mano las vanguardias, en concreto el Impresionismo. Este estilo artístico influiría enormemente su obra, convirtiéndose en el máximo exponente español del movimiento Impresionista.
En 1888 contrajo matrimonio con Clotilde, su musa, y en 1889 ambos pusieron rumbo a la capital española: Madrid. Allí establecieron su residencia y allí formarían su familia.
Durante sus cinco primeros años en Madrid, el valenciano alcanzaría un gran renombre como pintor a escala nacional. En 1894, Sorolla viajó de nuevo a París para seguir desarrollando su estilo, un estilo impresionista mucho más personal que ha sido denominado como “Luminismo”. A su vuelta a España comenzó a retratar paisajes mediterráneos en los que el costumbrismo se entremezclaba con la luz que Sorolla tan bien sabía captar, creando así obras únicas que acabarían por darle al pintor un reconocimiento internacional.
Premios como el que le otorgaron a “Triste Herencia”, el Grand Prix de París de 1900, se encargaron de elevar a Sorolla a este estatus de artista de renombre internacional. La gota que colmó el vaso fue su exposición en solitario en Nueva York del año 1909.
«Triste Herencia» (1899) por Joaquín Sorolla
Este rotundo éxito llevó a la Hispanic Society de Nueva York a encargarle a Sorolla una serie de lienzos para decorar su sede. El encargo se trató de 14 murales que representaran las diversas regiones de la península ibérica. Fue un trabajo titánico que le llevó una década completar, pues necesitó viajar por todo el país realizando bocetos que después plasmaría en los lienzos que hoy se encuentran en la ciudad de Nueva York.
La paleta de Sorolla estaba llena de colores vibrantes y llamativos, su técnica de pinceladas sueltas y expresivas junto a sus temáticas centradas en la cultura y la vida de los españoles a la vez que en la luz que baña nuestro país, dotaban a su obra de un carácter emotivo y reivindicativo.
«Ayamonte. La pesca del atún» (1919) por Joaquín Sorolla
En 1920, sufrió una hemiplejía que mermó sus capacidades y lo incapacita como pintor hasta su muerte el 10 de agosto de 1923. Hoy, 100 años después de ese fatídico día, podemos disfrutar de su obra en diversos espacios.
Espacios como el Palacio Real de Madrid, que alberga la exposición “Sorolla a través de la luz” hasta el 24 de septiembre de 2023 o por supuesto en el Museo Sorolla. Antigua vivienda del pintor ubicada en el Paseo del General Martínez Campos, 37. Allí se conserva su casa tal y como la dejó el pintor, llena de sus bártulos y recuerdos que mantienen más vivo que nunca a uno de nuestros artistas más preciados.