Lavar, Marcar y Enterrar es la historia de una peluquera en serie, una comedia de balas, calaveras y pelucas. Una obra que nos hace descubrir que la venganza se sirve al calor de un secador de mano y que no hay mejor defensa que un buen tinte. La trama secuestra al espectador en los 80 metros cuadrados de una peluquería del madrileño barrio de Malasaña.
El reparto, compuesto por Inma Cuevas, Jacinto Bobo, Eva María Cortés, Sara Navacerrada, Sergio Campoy, Alberto Sánchez-Diezma y Antonio Villa, nos narra, a través de sus interpretaciones, cómo los cuatro son forzados a compartir ochenta metros cuadrados durante una noche de armas sin seguro y peligrosos recuerdos. Dos frustados aspirantes a policía se ven obligados a convivir durante una larga velada con la orgullosa dueña de la peluquería y su neurótico empleado.
Después de arrasar durante temporada tras temporada como obra de texto, Lavar, marcar y enterrar sube al escenario de la Sala Cándido Lara totalmente renovado. En esta ocasión, como un loco musical con un nuevo formato, nuevos personajes y canciones originales que le dan a esta renovada producción un ritmo trepidante.
Una producción, escrita y dirigida por Juanma Pina, premiada por Mi Butaca como Mejor Autoría y Dirección Novel. Una divertidísima comedia de asesinos y cardados, según el diario Huffingtonpost.es, LME pretende contestar a preguntas tan trascendentales como: ¿Por qué los fantasmas no tienen pelos en la lengua cuando cuentan sus miserias? ¿Consiguen horquillas, bigudís y rulos rizar nuestro argumento? ¿Se puede uno salvar de la verdad por los pelos?
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{{#date_ses}} {{#is_unique_provider}}¿Qué pasaría si metes en una coctelera – con brilli brilli, por supuesto – a Andy Warhol, a Pedro Almodóvar, a Agatha Christie y a Arantxa Castilla – La Mancha? Tras seis años en cartel, más de 20.000 espectadores y ser candidata al premio Max Autor Revelación en 2015, la trilogía ...
¿Qué pasaría si metes en una coctelera – con brilli brilli, por supuesto – a Andy Warhol, a Pedro Almodóvar, a Agatha Christie y a Arantxa Castilla – La Mancha?
Tras seis años en cartel, más de 20.000 espectadores y ser candidata al premio Max Autor Revelación en 2015, la trilogía de nuestra peluquera en serie favorita surge de nuevo…, pero esta vez en formato musical. “Lavar, Marcar y Enterrar, el musical” es una comedia divertida y disparatada donde brillan las pelucas, los tintes, los peinados imposibles y ¡hasta tres extrañas criaturas!
¿Cuáles son sus historias? ¿Qué secretos esconde la peluquera de “Cortacabeza”? ¿Estarás en disposición para abrir sus puertas y convertirte en cómplice (y fan incondicional) de sus extravagancias?
Tras mucho esfuerzo, nuestra protagonista consigue cumplir su sueño: abrir una peluquería en la que desatar toda su creatividad, acompañada siempre de su fiel (y mal pagado) ayudante. Sin embargo, hay ciertas personas empeñadas en truncar su sueño hecho realidad. Y, por supuesto, luchará con secador y laca Nelly para no dejarse pisar por nadie.
Nacida como una versión del texto original de Juanma Pina gracias a José Masegosa, el musical, completamente renovado, se tiñe – nunca mejor dicho – de un aire burlesque, cabaretero y pop, con canciones y diálogos con mucho ritmo (yeyé) y unos personajes a cada cual más estrambótico, gracioso y pintoresco. A través de canciones divertidas, algunas veces escatológicas, y escenas que se mueven perfectamente hiladas entre el terror, la más pura cotidianeidad y el cachondeo, se introduce al espectador en la historia de la propia peluquería que, realmente, es la protagonista. Y, aunque pueda parecer algo vano, este musical va más allá de coreografías, pelucas, decoración vintage y la historia cómica de dos atracadoras muy bien peinadas, pero algo torpes para con su misión. El musical nos habla de temas tan interesantes como el Orgullo Friki, la liberación de la personalidad, el rechazo profundo a la normalidad, el culto al universo pop (al que los raros le debemos darnos un hueco en la sociedad, muchos referentes y combatir el sentimiento de individualidad) y, por supuesto, la lucha por cumplir los sueños.
Si Alaska creó la funcionaria asesina en el 86, ¿por qué no esperar lo mismo de una peluquera? ¿Por qué no añadir a la fórmula esa especie de electroduendes y conformar así un multiverso pop criminal?
El musical refleja la historia de la peluquería y de los personajes que allí habitan, transcurriendo por el pasado, presente y futuro de manera indiscriminada, pero siempre con la comedia como centro y sin hacer perder el punto de referencia al espectador. Quizá, lo que menos me ha gustado es que, al principio, parece que el ambiente del musical atrapa y ahoga demasiado rápido al espectador y cabe preguntarse “¿pero qué pasa? ¿Qué invento es esto?”, pero transcurridas un par de escenas, el espectador se adentra completamente en la obra y su esencia. Lo que más he disfrutado es que todo el elenco de intérpretes parece manejar perfectamente la vis cómica de la obra, crear un ambiente propicio para las risas y dejarse llevar por la absurdez y las coreografías.
Con una puesta en escena innovadora y un halo de misterio sobre las criaturas terroríficas que habitan la peluquería que se va desvelando según avanza la obra, “Lavar, Marcar y Enterrar, el musical” nace como el plan perfecto para pasar una tarde de risa, entre otras cosas, gracias al talento de los intérpretes, las letras de las canciones y los diálogos cómicos que surgen entre los personajes. Nadie ajeno al disparate y al escape de la rutina diaria debería perderse esta comedia que destila talento.
Mezcla mechas, balas, y algún que otro hueso enterrado, dale forma de teatro y obtendrás una divertidísima comedia. El resultado es Lavar, Marcar y Enterrar, una veterana obra que te inundará de estilo y de carcajadas, aunque intentes esconderlo detrás de la mascarilla. ¿Quién no necesita un corte de pelo ...
Mezcla mechas, balas, y algún que otro hueso enterrado, dale forma de teatro y obtendrás una divertidísima comedia. El resultado es Lavar, Marcar y Enterrar, una veterana obra que te inundará de estilo y de carcajadas, aunque intentes esconderlo detrás de la mascarilla. ¿Quién no necesita un corte de pelo y de paso un buen atraco en estos tiempos de pandemia?
Tras una satisfactoria andadura iniciada en 2014, Lavar, Marcar y Enterrar lleva nada menos que cinco temporadas en el Teatro Lara. Forma parte de la Trilogía Capilar sobre el Secuestro, junto a su precuela Rulos, el origen y su secuela No hay mejor defensa que un buen tinte, todas ellas repletas de humor, misterio y mucha estética. Escrita y Dirigida por JuanMa Pina, cuenta a sus espaldas con la candidatura al Autor Revelación en los Premios MAX 2015 y III Premios Mi Butaquita por Mejor Dirección y Autoría Novel.
En el corazón del Teatro Lara, la Sala Lola Membrives se convierte así durante 90 minutos en testigo de un bizarro y descalabrado secuestro que mantendrá al espectador inmerso en una comedia ágil, inmersiva y con tantos giros de guión como extensiones puedan caber en una buena peluca. Bienvenidos a la peluquería “Cortar Cabezas”.
Justo antes del cierre nocturno de “Cortar Cabezas”, una pareja de atracadores enmascarados irrumpen con un plan perfecto en su mente: entrar, conseguir el botín y huir fugándose de la capital. Parecía fácil. Pero escena a escena todo se irá enredando por culpa de los misterios que encierra ese sótano húmedo en el que se van desenterrando secretos y huesos a partes iguales, de los que ni la orgullosa dueña ni su empleado saben nada…aparentemente. El pasado no es sencillo de ocultar bajo permanentes y laca, y entre estrafalarias situaciones y flashbacks a los años dorados de la movida madrileña, la obra va transcurriendo paralelamente en distintas líneas temporales, desenredando en ágiles diálogos e hilarantes situaciones la verdadera historia de este local de Malasaña que ha sido testigo de mucho más que cortes de pelo y permanentes.
Desde el primer minuto, queda de manifiesto la gran conexión de los actores con el público, quien pasa a formar parte del espacio dramático como clientes de esta peluquería demencial. Destaca el personaje interpretado por Mario Alberto Díez: Fer, el empleado tan fiel como neurótico que desde su particular personaje explota la esencia más cómica de la mímica. Cada mirada, cada tic , arranca risas con su mera presencia sobre el escenario. En el extremo opuesto, la tranquila inteligencia de la dueña del local (en la piel de una soberbia Olga Hueso), resignada sólo en apariencia a ver cómo en una sola noche se puede ir al traste todos los años invertidos en puntas abiertas y en mantener su negocio.
Por descontado el cuidado con que se mantiene toda la normativa sanitaria (desinfección completa de la sala tras cada representación, distancia de seguridad, gel hidroalcóholico previo al acceso), para que sólo nos preocupemos de dejarnos llevar por el ruido de tijeras y secadores. Y las risas.
Vete pidiendo hora en Cortar Cabezas, tienen hueco los sábados a las 17:15 y aprenderás que ni el tinte ni la tierra pueden ocultarlo todo.