No hay mejor metáfora para la vida que los obstáculos de una dura carrera de fondo. Altibajos compartidos, sobreesfuerzos, debilidades y logros que son una representación concentrada del camino de la vida. Ahora, La Maratón de Nueva York se sube a las tablas para mostrárnoslo en tan sólo 60 minutos de obra.
Durante este período, véremos cómo Roberto y Mario se encuentran una noche más para prepararse físicamente. Tienen un gran objetivo: correr la Maratón de Nueva York la próxima temporada. 42 kilómetros de sufrimiento, apoyo y sobreesfuerzo compartido. ¿Qué mejor encuadre para compartir inquietudes, recuerdos y bromas?
La Maratón de Nueva York es una obra sencilla pero directa, efectiva, donde la única escenografía necesaria es el encomiable esfuerzo de Chechu Moltó y Joaquín Molla, protagonistas que no paran de correr durante toda la representación. Una interpretación sublime que nos trasladará a una noche fresca y complicada donde la vida, las dificultades y la amistad serán los protagonistas. Original de Edoardo Erba, está dirigida por Jorge Muñoz, traducida por Carles Fernández Giua y producida por Criadero de Morsas, para crear una experiencia reflexiva e inolvidable.
No te la pierdas.
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{{#date_ses}} {{#is_unique_provider}}¿Eres amante del running? ¿Has compartido con un amigo una larga carrera por el parque alguna vez? Entonces conocerás esa sensación de intentar acompasarte a su ritmo, de sufrir en compañía, conocerás esa camaradería a veces fraternal, a veces competitiva, y las conversaciones filosóficas que surgen más sinceras que nunca. ...
¿Eres amante del running? ¿Has compartido con un amigo una larga carrera por el parque alguna vez? Entonces conocerás esa sensación de intentar acompasarte a su ritmo, de sufrir en compañía, conocerás esa camaradería a veces fraternal, a veces competitiva, y las conversaciones filosóficas que surgen más sinceras que nunca. Ahora, todo este mundo se convierte en arte en los Teatros Luchana con La Maratón de Nueva York, que llega para quedarse durante todo el mes de julio.
El planteamiento es sencillo. Dos amigos, un entrenamiento, una noche húmeda y una meta compartida: prepararse, con un año de margen, para la maratón de Nueva York. Por delante, 42 kilómetros de desafío y 60 minutos de puro teatro. Una larga carrera en la que Roberto y Mario, amigos de toda la vida, compartirán sus recuerdos con el público. Su larga amistad deriva en lo inevitable: risas, obstáculos, discusiones y mucho, mucho cariño. Veremos dos historias que se encuentran, una charla relajada por el parque. Porque esa la magia del teatro: con dos actores es mucho más que suficiente. Como el arte y como la vida, que cumplen el mismo axioma: sin fursilerías, el mensaje permanece más auténtico.
La Maratón de Nueva York es una pieza de degustación exquisita. Es un reflejo del deporte y de la vida, sin necesidad de grandilocuencia o adornos. Una demostración gráfica de cómo encarar los desafíos, un cuadro de los altibajos de las amistades, de cómo el sentido de la vida y el sudor de esforzrse por un objetivo están íntimamente ligados. Los deportistas se sentirán identificados. Lo que saben de la vida, también. Un poema directo y sencillo sobre la importancia de creer en uno mismo y la necesidad de superarse.
Sobre las tablas: un latente esfuerzo de dos actores que nos sorprenden con un papel poco convencional, una pequeña pista de arena y una carrera continua que Chechu Moltó y Joaquín Mollà alargan durante 60 minutos de obra.
Una pieza imprescindible no sólo por sus reflexiones (si bien no innovadoras, siempre necesarias), si no por lo rompedor de su planteamiento. Esfuerzo, límites, sacrificio, técnica. Un camino siempre duro y siempre plagado de obstáculos: pero que no puedes dejar. La naturalidad con la que evoluciona la la estructura de la pieza convierte a La Maratón en Nueva York en una auténtica experiencia que va más allá del teatro.
Producción: Criadero de morsas
Dirección: Jorge Muñoz
Dramaturgia: Edoardo Erba