Con 'El Mundo Está Roto Pero se Puede Caminar' volvemos a descubrir los secretos de la literatura a la par que aprendemos a reconciliar relaciones familiares tras una pérdida. Cada libro es un mundo nuevo con ventanas abiertas a nuevas posibilidades, y es lo que un padre le plantea a su hija cada mañana con unos retos literarios escritos en unos aviones de papel para mejorar la comunicación entre ellos.
El poder que conlleva una biblioteca es tan grande que puede cambiar nuestras emociones y perspectivas mientras aprendemos más de nosotros mismos. Así, Harkaitz Cano hace que 'El Mundo Está Roto Pero se Puede Caminar' plantee la reflexión de que las historias son como las viejas canciones: son de todos y a la vez, no son de nadie.
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