Si bien El Barbero de Sevilla más conocido por todos es la célebre ópera bufa del genio Gioachino Rossini, existen otras versiones patrias mucho más castizas pero igual de brillantes que su hermana italiana. Compuesta por Guillermo Perrín y Vico y Miguel de Palacios, El Barbero de Sevilla es también una zarzuela en tres cuadros que aglomera lo mejor de nuestro género chico.
La obra original fue estrenada en el Teatro de la Zarzuela en febrero de 1901. Refleja la historia de Elena, una joven aspirante a cantante que se encuentra con la convencida oposición de su padre a que se dedique a la lírica. Esta resistencia se justifica en los escarceos extramatrimoniales del hombre con una famosa soprano, y el miedo a que les descubran si su hija logra moverse por el mundo musical. Esta situación desencadenará una serie de cómicos problemas y equívocos resueltos siempre de manera divertida.
El Barbero de Sevilla es así una de las joyas de nuestra pequeña ópera. La partitura, de Miguel Nieto y Gerónimo Giménez, es fresca y elaborada, conocida por números como la famosa polonesa Me Llaman la Primorosa. Diversión y calidad vocal al más puro estilo zarzuela.
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