Con versión y dirección de María José Gálvez, “Culpables” nace del Hipólito de Eurípides, personaje condenado a sufrir de sinceridad.
Con su característico humor ácido e irónico, sumado a la violencia verbal y física, es la tragedia por excelencia. Eso une a la obra con el presente: la realidad que vivimos nunca ha dejado de ser trágica.
No te pierdas este clásico que nunca resultó tan actual, protagonizado por Marcos Orengo, Encarna Illán, Marina Güerola y José Antonio Ortas.
Fedra es el vivo ejemplo de escoger a un amor equivocado.
Fedra, abandonada por su marido Teseo, padre de Hipólito, carece de un hogar, un refugio emocional, un lugar donde sentirse a salvo y en paz. Acaba enamorándose de su hijastro Hipólito, quien simboliza a aquellas personas que, víctimas del dolor y la angustia que padecen por culpa de su fragilidad o de las desigualdades e injusticias del mundo, se ven volcadas a la autodestrucción. Para ellas no hay otra salida.
La hija de Fedra mantiene una relación extraña, que no llega a definirse del todo, con Hipólito. Desde luego, su relación no es tradicional y esta pareja extraña se sale del convencionalismo.
La declaración de amor de Fedra, justo el día de su cumpleaños, conduce a Hipólito a una serie de desdichas, que, encadenadas unas a otras, conforman esta tragedia. Hipólito cruza la línea que existe entre ser considerado víctima o verdugo.
Hipólito es un hombre desligado de todo rastro de humanidad. Incapaz de empatizar con otro ser vivo, inválido para las relaciones humanas, nuestro protagonista vacío, enfermo de aburrimiento y carente de afecto ataca a este mundo que detesta. ¿Y cómo lo hace? De la única manera posible: atacando salvajemente a las personas que habitan las imágenes que le llegan a todas horas, cargadas de violencia – porque la violencia siempre genera más violencia –, horror y efervescencia emocional. Aunque su necesidad principal, sólo sea encontrar el significado del amor.
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