A veces el teatro abandona el musical de gran formato y los montajes grandilocuentes para dejar paso a un acento mucho más profundo y más nuestro. A veces la sinceridad se arranca por bulerías, y se viste de gala sin necesitar el lujo para conmocionar a todo un patio de butacas. Es así como 27 Flamenco llega al Teatro de la Luz Philips Gran Vía: directo, desagarrador y repleto de talento.
Juan Carmona ha decidido recordar que el flamenco se debe a la literatura, a nuestro pasado, a la innovación de aquellos que se atrevieron a cambiar lo acostumbrado. Así, tras cuatro años de preparación, el artista presenta ahora un atrevido montaje que fusiona el género con poesía, cine y danza contemporánea para acercar al gran público la Generación del 27 a través del flamenco.
27 Flamenco sale del alma para dar una nueva voz a grandes de nuestra cultura. Así, en pleno siglo XXI, Juan Ramón Jimenez, Miguel Hernández, Gerardo Diego, Josefina de la Torre, Rafael Alberti o Federico G. Lorca se suben de nuevo al escenario. Sin olvidar a Dalí, Picasso, Maruja Mallo o Buñuel, que se convierten en el trasfondo estético de la función, siempre presentes en música, proyecciones audiovisuales o incluso coreografías. Y, por supuesto, Carmona revive a las Sinsombrero. Ellas, siempre a la sombra, se convierten en grandes protagonistas de 27 Flamenco, convirtiéndolo en una especie de cruzada feminista en honor de las artistas nunca reconocidas.
27 Flamenco es arriesgado. Surrealista. Y no podría ser menos temerario, por respeto a los principios de los artistas a quienes hace homenaje. El riesgo llega sobre todo en forma de baile, dando movimiento al ambiente revolucionario de una generación valiente. Anna López Infante, elegante bailarina de indudables tablas, se adapta a cualquiera que sea el campo de batalla. Certera, femenina y masculina, elegante, se convierte en un todo indudable cuando comienza a bailar. Chey Jurado, con clara formación en breakdance, consigue convertir su estilo en una convulsión flamenca indudable con cada uno de sus movimientos.
El elenco de voces, capitaneadas por el talento excepcional de David de Jacoba, mira al público de frente. Junto a él Almaría, Las Bautista, Saúl Quirós y Rafita de Madrid componen una línea de batalla arrebatadora y conmocionante. Voces flamencas, profundas, sinceras y sentidas que hacen de este espectáculo una auténtica obra maestra y un lujo castizo en plena Gran Vía. El espíritu de los tablaos y de las cuevas vestido de smoking para una ocasión especial.
Toda esta compleja edificación, sin embargo, no tendría sentido sin el meticuloso trasfondo musical cuidadosamente entretejido para sostenerla. Juan Carmona da vida a una serie de composiciones donde un flamenco sin miedo se atreve a jugar con el jazz, las melodías latinas e incluso disonancias contemporáneas que rozan la atonalidad. Cada uno de los miembros de la banda dota de personalidad a la voz de su instrumento, convirtiendo la banda sonora en un ente con vida cambiante y protagonista de la obra.
27 flamenco no es sólo un sentido panegírico a la Generación del 27. Es un homenaje al talento, un homenaje a la historia. Arte hablando de arte, bailándolo, poniéndole melodías y pasión como ningún otro género podría haberlo conseguido. No dejen de verlo: expertos en flamenco y primerizos, tradicionales o innovadores, amantes de la literatura o el cine, o sólo del sentimiento. 27 Flamenco les removerá las tripas como sólo una guitarra española puede hacerlo, con la voz de los mejores y el riesgo de los valientes.