Casi 15 años fuera de los escenarios y 17 sin sacar disco en estudio han servido para crear un efecto hype alrededor de esa obra maestra de finales del siglo XX llamada The Shape of Punk to Come [Burning Heart, 1998] y que ha llevado a Refused de ser un grupo de culto a una banda con popularidad más allá de la escena hardcore. Un disco que trascendió y cuyo fenómeno merece un artículo antes de su paso por el 10º aniversario del Resurrection Fest.
Para ubicar a Refused sería necesario hablar de la localidad sueca de Ümea y, en especial, de la comunidad hardcore punk que allí se creó durante la década de los 90 y los primeros años del presente siglo XXI.
Con bandas tan diversas y recomendables como DS-13, Abhinanda, Regulations, Doughnuts o Step Forward. Una escena en la que también se desarrollaron otros movimientos muy vinculados al hardcore punk como el straight edge o el veganismo.
Desde Taquilla.com os recomendamos leer el siguiente top-20 de discos de hardcore facturados en la localidad sueca de Ümea que elaboró el blog The Underground Fraction.
Refused se formaron en 1991, incluso en este año publicaron su primera demo. Su primer disco grande no llegó hasta 1994: This Just Might Be the Truth. No es un debut memorable. Suena 100% hardcore de la época, con influencias metaleras incluidas, y que bien pudo pasar como un álbum de la escudería Victory Records más que uno de Burning Heart (aunque la edición original de 1994 corrió a cargo de Startrec).
La formación se estabilizó hasta el final de sus días: Dennis Lyxzén, David Sandström, Kristofer Steen y Jon Brännström. Con este cuarteto llegó su segundo álbum: Songs to Fan the Flames of Discontent [Burning Heart, 1996]. Un disco más maduro, donde el grupo comenzaba a desarrollar un sonido más personal pero apegado al hardcore.
Sin embargo, Refused estaban muertos antes de la salida de The Shape of Punk to Come. Había demasiadas desavenencias internas entre Dennis Lyxzén y el resto del grupo sobre las líneas creativas a seguir por el grupo. Nada mejor que la tensión entre los elementos para que el resultado suponga una renovación de las estructuras del género. Un paso más allá de los límites y cánones del estilo, muchas veces tan cerrado y poco amante del riesgo.
El álbum sale en febrero de 1998 y Refused se separan antes de finalizar el año. La gira por Estados Unidos se convierte en una mala experiencia que termina con el grupo. El broche de oro es su última actuación. Antes de acudir al aeropuerto para emprender viaje a Suecia dan un último concierto en un sótano de la casa del guitarrista de Darkest Hour y la Policía detiene el show en mitad de «Rather Be Dead«. Según cuentan los relatos, la autoridad competente directamente les desenchufó en mitad de la tercera canción y acaban en la cárcel.
¿Es posible un final más hardcore y punk para un grupo que la de Refused? Y, ¿qué mejor forma de comenzar una leyenda?
¿Por qué Refused y The Shape of Punk to Come pasaron de ser «de culto» al «hype» con un disco, seamos sinceros, muy poco convencional? Entonces, ¿por qué? Es evidente que Refused hicieron algo distinto, novedoso, que iba más allá del hardcore punk y del metal en el que habían desarrollado su carrera pero en ese momento su impacto fue mínimo.
En The Shape of Punk to Come hay hardcore, sí; actitud punk, también; pero no es difícil encontrar música electrónica, clásica y pasajes sonoros muy alejados de los cánones habituales de la escena.
«It’s the sound of a world-class hardcore band deciding that they’re done with hardcore, that they want to push their music in all sorts of unexpected directions», escribió Pitchfork Media en 2010.
La clave puede residir en el origen del mismo título del álbum. Refused siempre hacían las cosas por algo. Nunca accidentalmente. El título está influenciando por la canción «The Shape of Jazz to Come«, incluida en uno de los discos de The Nation of Ulysses que, a su vez, proviene del título del álbum de Ornette Coleman. ¿Algo más revolucionario y arriesgado que el jazz?
No sólo hay referencias al jazz, también al hardcore: «Born Against Are Fuckin’ Dead» de Born Against inspira «Refused Are Fuckin’ Dead» e incluso, también hay rastro de la poesía de Allen Ginsberg.
Por The Shape of Punk to Come desfilan apariciones estelares de Boo Didley, el coronel Kurtz, Igor Stravinsky o Henry Miller. Todo ello rodeado con unas letras comprometidas, de cierto calado social, e incluso algunas indirectas -o bien directas- al punk más comercial.
The left-leaning politics that comprise the record’s lyrical backbone had been heard before, in the work of Washington DC’s Nation of Ulysses for example», se puede leer en BBC Music.
A comienzos del siglo XXI, las publicaciones musicales fueron lanzando varios nuevos subgéneros musicales que llevaban el sufijo -core que llegaron a la cima de los sonidos más potentes ante el ocaso creativo y declive del nu-metal.
Algunos de estos nuevos grupos que emergían al calor de los medios hablan de Refused y de The Shape of Punk to Come. Ellos comenzaron donde los suecos lo habían dejado. No sólo esto. Por ejemplo, la cadena televisiva alemana VIVA, los lunes tenía un programa dedicado a la música más potente que comenzaba con «New Noise» y, además, estaba presentado por Stefan Kretzschmar, uno de los grandes ídolos deportivos del momento en Alemania.
El hype comenzaba y se confirmaba. En 2003, Kerrang! consideraba a The Shape of Punk to Come como uno de los 50 discos más influyentes. En 2004 se lanzó una reedición con DVD con sonido 5.1. En 2005, la revista metalera Rock Hard le incluía entre los mejores 500 discos de metal de toda la historia. La reedición definitiva llegó en 2010 de la mano de Epitaph Records.
Refused estaban listos para volar alto y solo faltaba la reunión que llegó en 2012 en Coachella. ¿De la escena hardcore a ser uno de las bazas de uno de los festivales más cool del planeta? La transición estaba completada. The Shape of Hype to Come!!!