Tomémonos un descanso de la rutina, la ciudad y las prisas, que nos condenan a un mar de asfalto en el que apenas podemos pararnos a respirar. Si estás planeando una escapada, ¿por qué no apostar por la naturaleza? Te proponemos cinco parques naturales para reiniciar tu espíritu la próxima primavera. Disfruta:
Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Al norte de la península, a tan sólo 17 kilómetros de Santander se encuentra Cabárceno, el parque español más respetuoso con los animales que lo habitan. Para su construcción se aprovecharon unas antiguas minas de hierro, reconvertidas en un frondoso parque donde grandes mamíferos viven en régimen de semilibertad. Aunque esta circunstancia dificulta su observación, es evidente que gozan de mayor salud y vitalidad que los animales de un zoo tradicional. Allí podrás descubrir lobos, osos, rinocerontes, animales de granja y algunos animales marinos. Puede que necesites más de un día para verlo completo, y sin duda merecerá la pena.
Cantabria es un denominado paraíso natural, y no por casualidad. Además del ya citado parque de Cabárceno podemos encontrar otras opciones, como La Cueva del Soplao. Bajo tierra y entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rionansa, se encuentra esta formación geológica única declarada «Lugar de interés geológico español de relevancia internacional». Lleva abierto desde el año 2005 y no ha parado de recibir visitas desde entonces. Destacan sus estalactitas, helíctitas y draperies, y a través de sus galerías también se refleja la profusa actividad minera que descubrió estas formaciones durante el siglo XX.
Los Pirineos esconden magia, fauna y mucha naturaleza. A tan sólo 2 kilómetros de Piedrafita de Jaca, en Huesca, podemos encontrar el Parque Natural de Lacuniacha. Tanto durante el nevado invierno como en el frondoso verano, sus 30 hectáreas a 1380 metros de altitud constituyen un incomparable marco donde descubrir cérvidos, cabras montesas, bisontes europeos, osos, caballos Przewalski, lobos y linces, además de muchos otros animales autóctonos. Se recorre en un asequible sendero de entre 2 y 3 horas de duración en pleno bosque de “La Pinosa”.
Andorra es ocio al aire libre todo el año: más allá de la oferta deportiva de la temporada de esquí, esconde muchas otras maneras de disfrutar de la naturaleza. Acércate al entorno incomparable de su montaña y descubre Naturlandia, un parque hecho a la medida de pequeños y mayores, que combina un pequeño zoológico en régimen de semilibertad y atracciones para toda la familia: tirolinas, circuitos BBT, camas elásticas, un circuito Tubby, skytrail y el famoso Tobotronc. Además, se pueden organizar otras actividades como paintball, montar en vehículos a gasolina y realizar diversos circuitos por la montaña. ¡No te lo pierdas!
¿De vacaciones en Tenerife? No todo va a ser playa y sol, así que cálzate las botas y descubre sus parajes naturales. Tenerife es un refugio verde en mitad del océano, y no deberías abandonarlo sin visitar antes sus rutas de senderismo. Al norte, por ejemplo, podemos encontrar el Barranco de Ruiz, declarado Sitio de interés científico por su importante flora y fauna. Podrás conocerlo atravesando el Sendero de la Vera(nivel intermedio), que parte desde la costa y se adentra poco a poco en el barranco, acompañado de un guía que enriquecerá tu experiencia.
Sin embargo, el rey del senderismo en Tenerife es, sin duda, la “estrella de los caminantes”. Es el nombre que recibe la ruta del Barranco de Masca, un camino descendente de menos de 5 kilómetros que desemboca en una paradisíaca playa en la que bañarse al final de la jornada. Un entorno fantástico apto para casi todos y rodeado de plantas endémicas: cielo, almendros, palmeras, lavanda, hibisco salvaje… Las visitas guiadas se realizan en varios idiomas: inglés, francés, alemán y castellano.