Es lo que toca. Se acerca el uno de enero y empezamos a sentir ese cosquilleo de querer dar un giro a nuestra vida para el año que entra. Aunque sea solo de 90º.
Prepararnos para una maratón (o correr un poco más de lo que –no– lo hacíamos), empezar a ser puntuales o apadrinar un olivo se convierten en claros objetivos que respetar, y sobre todo que cumplir. Porque acaben sucediendo o no, esas cosas que pensamos hacer a partir de ese uno de enero se sienten importantes. Renovarse o morir, y buscar tutoriales sobre cómo empezar a meditar para llenar de tranquilidad y buenas vibraciones el nuevo año. Ni Cenicienta se tomaba tan en serio el cambio de 23:59 a 00:00. Podríamos decir que ese gusanillo de dejar todo lo antiguo atrás para abrazar solo lo nuevo también le pasa a la música.
Pero no. Porque tan catártico es cortarse el pelo al ras, como dejárselo largo y buscar tutoriales sobre cómo hacerse trenzas.
Pues bien, eso es lo que está haciendo el panorama musical actual: teñirse el pelo, intentar hacerse el moño desenfadado que nos trata de enseñar Instagram y raparse solo los lados. Pero siempre manteniendo su esencia. Tomar lo antiguo y hacerlo nuevo. Y haciéndolo bien.
Y es que las musas y musos de los artistas del pasado se han convertido en los de aquellos que ahora copan las listas actuales. Ya sea añadiendo sonidos, letra o versionando de una manera más dulce o explícita, las canciones que pertenecen a la época en la que eran nuestros padres los que elegían la música al cocinar, han vuelto.
Por eso, hoy traemos una lista con solo algunos de los temas que tienen la esencia de cassette del que solo funciona un altavoz y de CD cuya funda se ha perdido. Esas canciones que, sin embargo, hoy escuchamos con auriculares inalámbricos:
VIVIR ASÍ ES MORIR DE AMOR
Si por amor todos tenemos el alma herida, Camilo Sesto, en 1978, la tenía un poquito más. Y ahora también Nathy Peluso en 2021. El himno que nos trajo el alicantino y la canción por excelencia de cuando la fiesta está a punto de acabar para asegurar terminar por todo lo alto vuelve a sonar. Pero ahora, con Nathy Peluso. Y sí, sigue estando por todo lo alto.
La canción que te invita a abrazar automáticamente a quien la canta para ofrecerle tu apoyo por ese amor poco sano, ha sido adaptada por la cantante argentina. Y a lo que nos invita ahora es a bailar. Y a hacerlo de una manera un poco más urbana, más popera y más ochentera. Con los instrumentos como elemento esencial de esta versión, la orquesta se convierte en protagonista. Las trompetas y percusión nos ayudan a superar ese amor, y para cuando Nathy Peluso repite el estribillo, ya no nos acordamos ni del nombre de esa persona.
Y es que nadie mejor que Nathy Peluso podía darle tanta alma a una canción a la que ya de por sí le sobra sentimiento. La descubrimos con su jazz latino en La Sandunguera, hemos bailado bachata como si viniésemos de «Bailando con las estrellas» al escuchar su colaboración con C. Tangana en Ateo. Y ahora la cantante argentina ha puesto en mayúsculas uno de los temas que hacen que Camilo Sesto no necesite presentación.
Y es que VIVIR ASÍ ES MORIR DE AMOR cuenta ya con un videoclip futurista dirigido por ella misma, haciendo la viva representación de cómo todo lo que es un temazo, lo es. Independientemente de la época y del estilo.
HALLELUJAH
Si solamente pudiésemos sabernos dos canciones en el mundo, probablemente las elegidas serían Cumpleaños Feliz y Hallelujah. Y esta segunda un poquito más. Porque ambas son eternas, sí, pero Hallelujah es un tema que, simplemente, se siente especial.
Los que nos criamos con los Pokémon y los tazos tenemos más la imagen de Bon Jovi interpretándola que de su verdadero compositor: Leonard Cohen, en 1984. Sin embargo, el grupo estadounidense Pentatonix llegó en 2010 para traernos una versión del angelical tema de una forma que hace que parezca totalmente original, y nos la traen a capella. Es decir: los únicos instrumentos de los que hacen uso son sus propias voces. Bajos, ritmos constantes, esa nota de fondo de la que no nos damos cuenta pero que si para, queremos que vuelva… todo lo hacen ellos con su voz.
Y a pesar de que no es nada fácil hacer sentir, con cinco voces, la intimidad que tiene una sola voz frente al micrófono; ellos lo han conseguido. Y es por eso por lo que, desde 2016, esta versión se ha convertido en la primera opción de muchas personas cuando comienzan los primeros días de diciembre y el ambiente se convierte en uno que invita un poco más a agradecer, a volver al Burrito Sabanero y, sobre todo, a gritar «Aleluya».
HABANERA
Fue la pieza que más nos gustaba de la clase de música en primaria. Quizá porque no sonaba tanto a concierto serio proclive a salir en el examen final. Quizá porque podíamos sentir la picardía en cada palabra aunque no entendiésemos ninguna palabra en francés más allá de ese “l’amour”. Sea como fuere, La Habanera de la ópera «Carmen» de Bizet (1875) es un hit. Es un hecho.
Da igual cuando la escuchemos, la melodía de esas primeras notas solitarias se quedan en la mente para el resto del día. Y lo que la han convertido en eterna es, precisamente, que no queremos que salgan de ahí.
Pues bien, ahora la hemos vuelto a recordar, pero de la mano de L’haine, en 2020. El joven artista madrileño ha tomado esas notas, las ha hecho protagonistas aislando el resto de sonidos, y las ha hecho suyas. ¿Cómo? Añadiéndole un ritmo actual y constante en el que la letra también ha mantenido su esencia. Eso sí, cambiando de la ópera a lo urbano. Y qué bien suena.
La letra no es la misma, pero se sigue manteniendo ese sentimiento de que el amor no se elige. Y de que si se hace, probablemente o no sea amor, o no sea correspondido. Una reinterpretación de este artista emergente y que ya cuenta con más de dos millones de reproducciones en su perfil de Spotify.
Porque, a pesar de que pueda ser verdad que las segundas partes nunca fueron buenas, lo que los artistas actuales nos están demostrando es que lo que hacen va mucho más allá de una reinterpretación. Se trata de volver a hacer sentir, y de hacerlo mezclando la esencia de antes con la que estamos viviendo estos días. Son, los clásicos de ahora.