En el IV centenario de su muerte, un sinfín de instituciones, asociaciones culturales y hasta ciudades enteras han salido a la calle para demostrar que el legado de Miguel de Cervantes ha dejado huella en muchos aspectos de la sociedad española. La literatura y la sociedad tienen una relación de influencia bidireccional y, en este caso y a pesar del paso de los años, sigue vigente. Pese a que no todos han leído el emblemático Quijote, la mayoría conocemos la obra de Cervantes, bien por gusto o por haberla estudiado, y si echamos un vistazo a todo lo que se conoce sobre él podemos llegar a entender por qué a día de hoy sigue siendo uno de los escritores más célebres de la literatura.
¿Por qué leer a Cervantes?
Es una pregunta que muchos nos hicimos en el colegio, cuando nos obligaron a leer los grandes clásicos. El problema principal es la predisposición que tenemos a rechazar todo lo que suena a obligatorio, todo lo que nos imponen. Tampoco es que la prosa de Cervantes sea lo que se dice ligera, pero es una lectura llena de experiencias e historias aplicables perfectamente a la actualidad que vive nuestra sociedad. El escritor es el creador de la novela tal como la conocemos ahora, obviando los cambios que todo género literario sufre por los avances en las sociedades en las que se desarrollan.
Los escritores viven a través de las personas que leen sus obras, ya que estas son una extensión de ellos mismos. Por ello, leer a Cervantes significa aprender sobre la vida, de los aspectos más banales a los más profundos. Por esto mismo no hay que leerle por obligación, si no sentarse a desentrañar todo lo que el escritor quería que conociésemos a través de sus obras.
La literatura refleja la sociedad y los valores de una época desde la perspectiva de su autor. Cervantes consiguió reflejar lo que había a su alrededor, pero demostrar que no se rendía ante ello. En sus obras queda claro el inconformismo con las costumbres de su tiempo, hecho fundamental para que, a día de hoy, se le siga recordando y homenajeando. Con todo esto queda demostrado que, pese a ser su obra más célebre e importante, Cervantes no es solo El Quijote.
Tintes feministas en su obra literaria
Aunque el término feminismo todavía no existía en la época en la que vivió el escritor, su concepción de la mujer iba directamente ligada a la libertad, la autonomía y la dignidad. En todos los sentidos fue un hombre adelantado a su tiempo, pero en este aspecto sorprende especialmente por la ruptura que supone respecto a la mentalidad que se tenía respecto a la mujer en todos los aspectos de la vida.
Sin embargo, no es difícil averiguar donde había conseguido ese pensamiento tan liberal, ya que toda su vida estuvo rodeado de mujeres con una fuerte personalidad, totalmente alejada de los cánones impuestos a las féminas de esa época. Sus hermanas Andrea y Magdalena llevaron una vida libre corporal e intelectualmente, algo que les hizo ganarse mala fama entre sus conocidos. Nunca se casaron, pero sí que mantuvieron relaciones con hombres. Sabían leer y escribir. Por otro lado estaba su esposa, Catalina de Salazar, una mujer instruida, que tomaba sus propias decisiones y con la que se casó por amor, no por convención social.
Como en toda creación literaria de un escritor, la relación de las obras cervantinas con su biografía es evidente. Los personajes femeninos, tanto de su narrativa como del teatro, son un fiel reflejo de las mujeres que rodearon al escritor a lo largo de su vida. Relaciones extramatrimoniales, autonomía y libertad. Las mujeres de la literatura cervantina se caracterizan por no ser una extensión del hombre, sino que tienen su propia personalidad y no necesitan el matrimonio para poder vivir, como podemos ver en Marcela en “El Quijote”, personaje que recuerda al estilo de vida de sus hermanas. Cervantes también quiso hacer mediante sus obras una critica al menosprecio que sufrían las mujeres social y literariamente en su época. Esto lo llevó a cabo a través de personajes como Gelasia en “La Galatea” o La Gitanilla en “Preciosa”, mujeres que reivindican su libertad de alma y cuerpo.
Inma Chacón y el periodista José Ramón Fernández han querido dar visibilidad a las mujeres que formaron parte de la vida del escritor, con la obra Las Cervantas, que refleja totalmente el estilo de vida que llevaron y el impacto que tenía en la sociedad de su época.
Las nuevos artistas homenajean al escritor
Son numerosos las actividades organizadas para celebrar el IV centario de la muerte de Cervantes, pero destaca la apuesta por acercar su literatura a la gente a través de otras formas de arte. Una de las propuestas más sorprendentes es la que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Alcalá de Henares donde, en un recorrido por sus calles, podrás disfrutar de graffitis cervantinos. Una iniciativa que abre las puertas a esta nueva forma de expresión pictórica y que, además, decora las zonas de la ciudad que estaban más degradadas.
El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, junto al Festival Internacional Cervantino, también ha apostado por una actividad alternativa: una batalla de rap. Cervantes en rap, es un concurso en el que los participantes tienen que, o bien versionar textos del autor, o bien narrar episodios de su vida. La batalla final se celebrará en el festival de Almagro, que este año está dedicado principalmente al escritor.
¿Imagina compartir una sala de menos de 20 m2, con un máximo de 15 espectadores para ver representado un fragmento de alguna obra cervantina o una representación sobre la vida del autor en menos de 15 minutos? Y es que el microteatro es un formato que se está poniendo cada vez más de moda. Con motivo del centenario, no son pocas las compañías y los actores que apuestan por la vida y obra de Cervantes para escribir sus guiones. Hasta Bulgaria llega este fenómeno, donde el Instituto Cervantes celebrará un año más el Festival de Microteatros Español: Pequeñas obras cervantinas.
Se han hecho películas, adaptaciones teatrales, se han reeditado sus obras en incontables ocasiones, pero el fenómeno cervantino se ha extrapolado a muchas otras artes, como la danza, la música, las artes plásticas, etc. Una prueba irrefutable de que Cervantes, 400 años después, sigue dejando huella.