Vuelve el circo, vuelve la magia. Y lo hace bajo el nombre de Tótem. Es la última apuesta del Circo del Sol por sumergirnos en un mundo místico, natural y circense. Una nueva apuesta ganadora.
Tótem es la historia de la humanidad. Es el reflejo de la evolución de una especie a través de los efectos visuales y el talento de un elenco de más de 45 artistas sobre el escenario. Acróbatas, trapecistas y payasos nos ofrecerán un espectáculo donde se mezclan música, danza amerindia, números cómicos, barras paralelas, patines y barras rusas. Todo inspirado en un universo salvaje y ancestral cuyos colores y magia no nos pasarán inadvertidos.
Aunque es nuevo en nuestro país, Tótem ya ha visitado mucho mundo. Desde que se estrenó en el año 2010 ya ha sido visto por más de 4 millones y medio de espectadores. El Cirque du Soleil estará en nuestro país durante unos meses, cuando visitará Madrid (10 de noviembre – 3 de diciembre), Sevilla (25 de enero – 11 de ferero) y Barcelona (23 de marzo – 15 de abril). Consigue ya tus entradas anticipadas para beneficiarte de sus descuentos.
30 años de historia
Corría el año 1982 cuando Guy Laliberté, acordeonista y tragafuegos canadiense, decidió dar forma a su sueño. Quería crear el circo más bello y fantástico del mundo, un circo de calidad, asombroso y moderno. Recultó a artistas callejeros de Québec, y sólo dos años después el proyecto comenzó a tomar forma con la ayuda del gobierno de la región. Los extravagantes vestuarios y los efectos visuales y lumínicos ya anticipaban el ambiente mágico que a día de hoy caracteriza las creaciones de este circo.
Sin animales
Desde las primeras actuaciones organizadas por Guy Laliberté en Canadá la compañía hizo gala de un espíritu llamativo, fantástico y con un principio básico: en sus actuaciones no se utilizarían animales. Rompía así los esquemas de un circo que basaba (y a día de hoy todavía lo hace) su actividad en los espectáculos con caballos, tigres, leones o elefantes.
El Sol como símbolo
El Circo del Sol destaca por un inmenso imaginario mágico, mitológico, histórico y literario. Animales fantásticos, dioses, símbolos y leyendas son una constante en las historias que nos cuentan a través de la música y el circo. Siendo narradores de un universo tan extenso, ¿por qué eligieron el sol como símbolo? El responsable del nombre original fue Guy Laliberté, fundador, porque según afirmaba: “el sol simboliza la juventud, la energía y la fuerza”.
Sólo un espectáculo permanente
De todas las producciones que el Cirque du Soleil ha ido creando a lo largo del tiempo, solo una de ellas está programada de manera permanente: Mystère. Fue la primera representación que saltó de la carpa al escenario, convirtiéndose así en un hito en la historia de este circo. Además, el escenario fue construido específicamente para la obra, haciendo gala de todas las innovaciones técnicas que precisa la compañía. Mystère lleva siendo un éxito en la cartelera teatral de Las Vegas desde 1993, aunque habitualmente acoge también otras producciones escénicas del Circo del Sol.
Punto de inflexión
We Reinvent the Circus fue la obra que, en 1987, impresionó al público de Estados Unidos y convirtió a la compañía en un fenómeno mundial. El uso que hicieron de la escenografía, la magia, el escenario central y la participación del público marcaron un salto cualitativo creativo que no pudo ser obviado por la opinión pública. Aun así, hubo que esperar a 1990 para su llegada a Europa.
Una vida más justa
Además de una creatividad sin límites y una asombrosa precisión técnica, el Cirque du Soleil hace gala de unos principios que marcan la diferencia: “lo que hace único al Cirque du Soleil es el mensaje detrás de sus espectáculos. No sólo es entretenimiento, es un mensaje que tiene que ver con la vida y lo que la haría más justa. La humanidad, eso es lo que hace diferente al Cirque du Solei.” (Franco Dragone, director de diez espectáculos del Cirque du Soleil.)
Artistas, acróbatas y artesanos
Al fin y al cabo, ninguno de estos ideales, esfuerzo y conceptos artísticos tendrían sentido sin la figura central del circo: sus acróbatas y actores. Auténticos atletas que tienen que superar duras pruebas en castings constantemente abiertos y que se encuentran en el punto álgido de sus carreras. Llegan a ofrecer hasta ocho números a la semana y ensayan a diario, corrigiendo cualquier posible error.
El Circo del Sol está formado por hasta 1300 artistas de 55 países diferentes: un 35% de deportistas (gimansia acrobática, rítmica, cama elástica…), un 34% de artistas circenses y un 31 % de bailarines, músicos y artistas urbanos. El elenco cuenta además con hasta 400 artesanos e investigadores que dan vida a los 25.000 elementos que forman los espectáculos de todo el mundo.
Telas y tecnología
Uno de los elementos más llamativos del Circo del Sol es, sin duda, su vestuario. Una gama mágica de colores, materiales y formas variadas adornan las figuras de los acróbatas para multiplicar el efecto de sus números circenses. Cada año utilizan más de 65 kilómetros de telas provenientes de todo el mundo, llegando a tratar el 80% de ellas en su propio taller de vestuario. Investigan en materiales utilizados en odontología, aviación o deportes acuáticos para facilitar su mantenimiento o hacerlos menos pesados.
Un nuevo lenguaje
Siendo El Circo del Sol un proyecto internacional, intentar utilizar un lenguaje específico para cada país sería una tarea titánica. Es por ello que los artistas se centran en lo conceptual: las letras de las canciones están escritas en un idioma único e inventado, llamado Cirquish. Construido a partir de fonemas poéticos, busca transmitir imágenes y sentimientos al público.
Además, la música es creada exclusivamente para cada producción e interpretada en directo por unos músicos que deben improvisar y adaptarse al ritmo escénico si así fuera necesario.
Tótem
No es la primera vez que Robert Lepage trabaja con el Circo del Sol. Este director artístico, nacido en Quebec, es reconocido en todo el mundo por su gusto por las innovaciones técnicas que permiten sumergir al espectador en un mundo de magia luminiscente. Y en una producción de grandes dimensones como Tótem, el hechizo cobra vida. Gran parte de la escenografía que veremos es creada a partir de la mezcla de relieves y proyecciones audiovisuales, y hasta 288 luces led de colores ambientan este mundo ancestral. En el escenario también encontraremos el caparazón de la tortuga, la pieza principal de la obra que sirve tanto de escenografía como de barra acrobática, y pesa 1200 kilos. Por su parte, el puente del escorpión pesa hasta 4500 kilos de acero.
En la vigésimo octava producción de la compañía, nada ha quedado relegado al azar. Por algo cerca de cinco millones de personas ya han disfrutado de la obra por todo el mundo. Otro dato a remarcar: la diseñadora Kym Barrett ha dado vida a 779 piezas de vestuario inspiradas en la naturaleza. Todas ellas cuentan también con innovaciones técnicas: colores fluorescenes y pedazos de cristales y pedrería son sólo algunos de los detalles. Algunos trajen cuentan con hasta 4000 espejos bordados…cada uno.
Consulta aquí todas las fechas: