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Atalaya reinventa a la Puta Vieja en «Celestina, La Tragicomedia»

La Celestina es uno de los clásicos más representados de la historia de nuestro teatro. Son numerosas las adaptaciones que han recorrido, escenario a escenario, toda España y que, incluso, han traspasado sus fronteras. Hoy en El Blog de Taquilla.com os queremos hablar de una versión muy especial: la de la compañía sevillana Atalaya. El alma mater de Celestina, La Tragicomedia es Ricardo Iniesta que, tras varios meses de incesante trabajo, consiguió reducir el texto de la obra original de sesenta y cinco mil palabras a once mil. De esa labor surgió la pieza que hoy podemos disfrutar sobre las tablas, que responde a una visión muy particular de la historia íntegra.

En palabras del propio director, «es una versión que no tiene demasiado que ver con la que suele verse a menudo en los escenarios españoles». Solo los peculiares atuendos que visten los personajes en esta obra indican que no se trata de una adaptación cualquiera. «Creo que adaptar un clásico significa traerlo a nuestro tiempo, privilegiando temas que son de plena actualidad» comenta el dramaturgo. Se refiere a la lucha de clases, el culto al dinero, la avaricia, el individualismo o la corrupción, temas latentes a lo largo del texto en los tiempos que corren. Ese camino iniciado por Ricardo Iniesta se vio completado con los ciento treinta ensayos que llevó a cabo todo el elenco de actores. Carmen Gallardo, Raúl Vera, Silvia Garzón, Manuel Asensio, Jerónimo Arenal, María Sanz y Lidia Mauduit encarnan a los personajes de esta pieza.

Con una escenografía sencilla y moderna, Atalaya traslada la obra de Fernando de Rojas a nuestro tiempo de una forma grotesca. Los actores permanecen en el escenario durante toda la representación actuando, creando ambiente sonoro o montando el espacio escénico. Este método multidisciplinar es parte de la filosofía del grupo. «Más que una compañía, somos un equipo de investigación con más de diez años de trabajo juntos. Desde los ensayos vamos configurando la pieza: las coreografías, los cánticos, los textos, los personajes… En el caso de Celestina son muchos matices.» manifiesta el director. Ese trabajo conjunto se ve claramente reflejado sobre el escenario, donde prima el criterio colectivo.

Los juegos lumínicos y sonoros acompañan a la exquisita interpretación de los actores que hilan la historia, escena tras escena, sin necesidad de excesos ornamentales. El talento y la experiencia de los intérpretes llenan el escenario, donde la angustia y una pizca cómica se combinan en un equilibrio perfecto. Los personajes parecen hechos para cada uno de sus intérpretes. Sin embargo, Iniesta asegura que no trabajan directamente con los personajes, si no que «van apareciendo en el proceso de creación que lleva a cabo el grupo. En este caso los resultados aparecieron prácticamente sin buscarlos.

El éxito de Celestina. La Tragicomedia, ha llevado al grupo Atalaya fuera de las fronteras españolas. Ricardo Iniesta recuerda con sorpresa el «calurosos recibimiento que tuvo la obra en Moscú», donde pronto se ganaron el favor del público y la crítica. Aunque el grupo está acostumbrado a viajar, ya que sus obras han sido representadas en otros países como Francia, China, Chile, Argentina o Paraguay. Con la Celestina estarán hasta este domingo en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, pero no han aparcado los demás proyectos que tienen entre manos. Aparte de encontrarse dando los primeros pasos en el montaje de su próximo montaje, la obra shakesperiana Rey Lear, la compañía pretende «volver a Valle y otros textos clásicos menos conocidos». El director de la formación también nos adelanta que Atalaya está embarcada «en un proyecto cultural de la Unión Europea llamado Río sin fronteras que se realizará en el Guadalquivir junto con numerosos colectivos ciudadanos», demostrando una vez más que apuesta por el teatro comunitario y social.