El musical ‘En Tierra Extraña’ reúne a Concha Piquer, García Lorca y Rafael de León sobre los escenarios teatrales
“Lo correcto es el enemigo del arte”, dicen. No sé exactamente qué es y no es lo correcto, ni lo que sería lo correcto para Lorca, la Piquer o Rafael de León, pero lo que presenciamos ayer día 3 de marzo de 2022 en el Teatro Marquina, fue, indudablemente, el más fiel de los amigos del arte.
Los grandes se merecen un homenaje, sería lo que pensó Juan Carlos Rubio, el director que se movía en tierra conocida, pero hizo de ella la más extraña posible. Él, eligió sin duda a los más grandes: ¿Qué pasaría si Concha Piquer, Federico García Lorca y Rafael de León tuviesen un encuentro? Pues esto es lo que se figuró Juan Carlos Rubio, y le llevó a hacer una reconstrucción histórica basada en hechos posibles pero que no sucedieron realmente. Algo así como un final histórico alternativo.
Los mismos que entraban decididos a ocupar aquellas butacas rojas del teatro, segundos después, aplaudían la voz y el verso que en Tierra Extraña se contenía. Dispuestos a adentrarse en aquel encuentro ficticio de la España del 36, en esa tierra querida que la guerra a tantos arrebató, a lo extraño que tienen a veces los conflictos que se escapan de toda razón o entendimiento. A la historia y al arte de una tierra. Nuestra tierra.
Ansiosos, puede. Expectantes, también. Satisfechos, sí rotundo. Alguna que otra cámara dispuesta a filmar lo que muchas veces se ve en los escenarios, pero pocas se hace de esta manera. Incluso, pasaba por allí un Santiago Segura que, no dudó en asistir, presenciar y recomendar una de las mayores expresiones del arte de nuestro país.
Pero, ¿quién es Concha Piquer? Una mujer de los pies a la cabeza, una artista envidiable, la musa, el duende, la luz y la sombra del espectáculo. La valenciana. La tonadillera por excelencia, la que no acostumbra a recibir un no como respuesta, la expresiva, la emotiva, el arte. Y, ¿Diana Navarro? Diana Navarro, también.
Junto a ella, encarnado por Alejandro Vera, el hombre de los pies planos y el corazón redondo. El autor de ese tal Romancero Gitano, el poeta cuyo nombre figuraba en las listas negras del país. El de todos y el de nadie, el que ama por encima de todo su tierra y se resiste a huir de ella. Y bajo la piel de Avelino Piedad, el marqués, uno de los grandes del 27, el de las letras de copla, el enamorado, resiliente y vulnerable Rafael de León.
Una obra que rebosa talento, que empapa hasta la médula, que deja la estela de un público en pie que aplaude el arte de antaño. Y el de ahora. Una de esas que te enseñan lo valioso que es pertenecer a un lugar, y lo difícil que es estar en tierra de nadie, porque como decía la Piquer: “Entre vivas y entre olés por España se brindó”.
Imaginémonos ese encuentro en el que Concha Piquer pregunta: “Y, ¿ha merecido la pena conocerme?”, a lo que el poeta Lorca responde: “Más de lo que a mi vanidad le permite admitir”.